DE PESCA

Cuanto a llovido desde entonces. Aun recuerdo esas tardes de verano junto al río, entre sedales, anzuelos, cebos, cañas y carretes. Esperando esa picada del "piscis" atrevido, en busca de su merienda, el cual parecía abandonar por un momento, sus aguas cada vez mas tristes, cada vez mas turbias, cada vez mas solas, por el paso de la devastación de la sociedad, saltando al suicidio en busca de su bocado.

Pero los "piscis" vuelven siempre a sus río....para seguir dando alegrías a sus pescadores y ellos salir de la cruda realidad por un momento, tomando al menos una bocanada de aire fresco.

Cada día que paso, miro al río, miro sus aguas tristes, opacas.... pero aun veo las alegrías de sus pescadores en espera de su picada, en sus tardes de pesca.